viernes, 30 de octubre de 2009

El celoso Gergiev y los libretos del Real

No serían pocos los que se preguntaron por qué el Teatro Real dejó en la temporada 2001/2002 de publicar en sus libretos las discografías comparadas que venía ofreciendo con anterioridad, artículos que estuvieron ausentes desde entonces hasta fechas muy recientes, en que se han recuperado bajo otro formato. Pues resulta que con la desaparición tuvo mucho que ver un señor llamado Valery Gergiev.

Estaba el maestro ruso -abril de 2001- ensayando Guerra y Paz en el Teatro Madrileño. Venía acompañado de sus huestes del Kirov (carísimas: no sé por qué no protestaban los que clamaban al cielo por el coste de las visitas de Barenboim) y de un elenco que incluía -en solo dos funciones- a la por entonces poco conocida Anna Netrebko. Alguien le tradujo a viva voz la discografía comparada que sobre la ópera de Prokofiev había escrito mi amigo y colega Gonzalo Pérez Chamorro. Y lo que escuchó fue lo siguiente:

“El que es hoy por hoy el director más comprometido con el repertorio operístico ruso, Valery Gergiev, inició con esta Guerra y Paz grabada en vivo (...), su casi completa grabación de las obras escénicas de Prokofiev. Por aquel entonces, hace diez años, Gergiev dirigía con más fuerza que pasión, con más intensidad que imaginación. En esta Guerra y Paz escuchamos una dirección desde el “campo de batalla”, dentro de un cierto desorden ordenado. El eléctrico Gergiev nos deja momentos magníficos (cuadros 3º, 5º, 6º, 7º, 12º) alternados con otros irregulares (cuadros 8º y 11º). La idea predominante es oscura y dramática, hasta el lirismo de la primera parte parece estar subyugado por la inminente guerra. (…) La orquesta, con su acostumbrada sequedad rusa, suena algo alejada”.

El artículo, muy extenso, se cerraba de la siguiente manera:

“Concluyendo: para los amantes de las grabaciones históricas es imprescindible escuchar a la Vishnesvskaya (sin olvidar a la Arkhipova) de 1961 con Melik-Pashayev. Para los amantes del directo: apuesten por Hickox y su excelente manejabilidad. Para los amantes de los rotundos cantantes rusos: la muy rusa producción de Gergiev, oscura y de tintes sombríos, y para los amantes de Prokofiev y de la música: Rostropovich”.

No sé cómo se llevaban por entonces Gergiev y genial violonchelista. Curiosamente la primera vez que los vi a ambos actuaban juntos: hicieron el concierto de Dvorák en la Expo 92 de Sevilla (Tercera de Prokofiev en la segunda parte). Sea como fuere, en Madrid el director ruso se sintió muy ofendido. Montó un pollo en el Real y en consecuencia llegaron órdenes tajantes de la dirección: no más discografías comparadas en los libretos.

Puede dudarse, ciertamente, de la oportunidad de incluir o no semejante tipo de artículos en los programas de mano, toda vez que si el artista de turno es protagonista de alguna de las grabaciones puede molestarse por las comparaciones. Pero en cualquier caso lo que queda claro es el carácter del sobrevalorado Gergiev, que por cierto estrena mañana sábado 31 en Valencia una nueva producción de Les Troyens. Allí espero estar para dar buena cuenta del evento.

2 comentarios:

maac dijo...

No sabes cómo me has despistado. Me he metido por el titular de la entrada, que la he visto desde mi blog, antes que por el nombre del blog. Cuando leía he pensado en ti pero el diseño me hacía pensar que estaba en otro blog pero aquello tenía toda la pinta de que lo escribía Fernando.
Después me he desplazado hacia arriba y he comprobado que efectivamente venía de un "Ya nos queda un día menos" con renovado look. Por cierto, me ha gustado mucho. A ver si mañana nos saludamos.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias. Claro que nos veremos :-)

PD: ¿se duchará Gergiev en los entreactos? Le vendría bien.

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