domingo, 1 de enero de 2012

Año Nuevo 2012 con Jansons: entusiasmo y brocha gorda

Nada nuevo con respecto a lo que el director letón ya ofreciera en 2008 en estas mismas fechas (enlace). Desde una fulgurante Marcha patriótica -escrita al alimón por Johann y Joseph Strauss- hasta la inevitable Marcha Radetzky, muy mal controlada en lo que a las palmas del público se refiere, el tan eficaz como sobrevalorado Mariss Jansons ha ofrecido al frente de la Filarmónica de Viena una buena dosis de entusiasmo, desparpajo y sentido del humor, lo que le sienta de maravilla a este repertorio y nos hace olvidar el soporífero concierto del año pasado de Welser-Möst (enlace), pero se ha mostrado más bien tosco, poco atento al detalle y en ocasiones –en la Tritsch-Tratsch Polka los Niños Cantores llegaron a perderse- bastante precipitado, además de poco dotado para desplegar sensualidad y vuelo lírico. El resultado, lecturas muy vistosas y estimulantes, de esas que nunca aburren, pero más bien gruesas y de cara a la galería, siguiendo un planteamiento que ha funcionado estupendamente en las piezas trepidantes y bastante menos bien, por pura lógica, en los grandes valses, en los que por cierto el peculiarísimo sentido vienés del rubato brilló por su ausencia.

Jansons 2012 Viena

Queda como anécdota la aparición de Tchaikovsky con dos piezas de La bella durmiente, quizá lo único realmente flojo del concierto desde el punto de vista interpretativo: muy basto el celebérrimo vals, lamentablemente “pringoso” un Panorama en el que Jansons, dirigiendo la página sin batuta, ponía cara de estar haciendo algo sublime. Para el recuerdo, eso sí, las trepidantes recreaciones de páginas como la Marcha Persa o Bajo truenos y relámpagos, aunque la sombra del genial e inigualable Carlos Kleiber -ése sí que sabía aunar electricidad y refinamiento- sigue siendo muy alargada. Muy buenas las coreografías de Davide Bombana, aun dentro de la habitual cursilería, y simpática la presencia entre el público de Julie Andrews. El año que viene vuelve Welser-Möst. Están locos estos vieneses…

7 comentarios:

Alienigena in alia terra dijo...

Fernando: Rubén opina diferente a ti... http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/blogdepecho/2012/01/01/jansons-para-empezar.html
¿No has sido un poco demasiado estricto, o es que él estaba demasiado relajado por el cava (como yo aún lo estoy por el ron de anoche -todo sea dicho-)?
Saludos.
¡Y Feliz Año para todos!

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Con todos los respetos, algunos de los tópicos que maneja Rubén Amón sobre Jansons parecen salir directamente de Norman Lebrecht. Ya se sabe, el director honesto y humilde pero lleno de talento que, en lugar de imponer su visión personal, trabaja laboriosamente con quienes considera no sus subordinados, sino sus colegas, para demostrar que la honradez está muy por encima del divismo y del mero afán de lucro de otros maestros. El maestro cuyo corazón late al compás de la música, creo que escribió una vez. ¿O fue Pérez de Arteaga?

A mi entender, pura palabrería: cualquiera se da cuenta de que Jansons es un director estimable pero en modo alguno una batuta del calibre de un Karajan, Maazel, un Kleiber, un Abbado, un Muti o un Barenboim, por no salirnos de los conciertos de Año Nuevo. Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Mira Fernando, aunque necesito verlo de nuevo, y completo, que lo cogí empezado, creo que no estoy de acuerdo en tus apreciaciones. El Tchaikovsky me pareció cualquier cosa menos flojo, y mucho menos pringoso (¿te levantaste espesito?); diría incluso que fue hasta sobrio... Hubo algunas brusquedades, lo sé, y no siempre se consiguió el mejor efecto en el rubato, pero creo que Jansons lo hizo bastante bien. Me gustaron, a pesar de la velocidad, Bajo truenos y relámpagos y la Marcha persa. Y también, y mucho, El Danubio azul. Más irregular en Delirios. Pero creo que en conjunto estuvo muy bien. Espero escucharlo de nuevo y apurar la crónica.

XS dijo...

Totalmente de acuerdo con tus impresiones. Creo que, por poner tan solo un ejemplo, el vals del delirio se merecía una interpretación menos plana y algo más expresiva (un poquito de rubato, por favor!).
Eso sí, los truenos y relámpagos resultaron de lo más trepidantes.
Ah, y por cierto, no hay nadie que le diga al señor Perez de Arteaga que sus gracietas sobre lo tradicional de la interrupción al inicio del Danubio azul no tienen ninguna gracia.
Bueno, a pesar de todo, creo que sigue siendo la mejor forma de empezar el año.
Feliz 2012!

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Debo añadir que, repasando su blog, me he encontrado con "los hitos de la década" para Rubén Amón (http://www.ibermusica.es/blog/?p=262), y que vistas sus alabanzas a directores que me parecen muy mediocres como Gergiev o Minkowski, o su calificación de "memorable" para las sinfonias de Beethoven por Abbado, que considero horrorosas, debo dejar claro que mis gustos interpretativos y los de este señor no se parecen en dada. Por ende no debe extrañar nuestra desigual -aunque no opuesta- valoración del concierto 2012 de Jansons. Saludos.

Gato-mojao dijo...

Paso de ver esta bazofia si no la dirige maazel,mehta o algun vejete ilustre,tipo préte.lo demas son tonterias y el letón un coñazo y del monton.ala me voy con kna y viena a disfrutar.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Anda yaaaaaaaaa, eso es una exageración. El concierto de Jansons ha estado globalmente bien, a ratos estupendo. Que haya otros que lo hagan mejor tampoco tiene que llevar a ningunearlo.

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