sábado, 28 de noviembre de 2015

Octava de Mahler por Solti, ahora en Blu-ray audio

Siendo amante de la música de Gustav Mahler, confieso que su Sinfonía nº 8 me resulta un poco antipática: creo que el crítico Ángel-Fernando Mayo tenía razón cuando decía que era una especie de misa en exceso larga y pretenciosa, o algo así. Quizá por ello, y teniendo en mi discoteca las versiones alucinantes de Bernstein en Viena –audio y vídeo– y otras de gran nivel como las de Tennstedt, Sinopoli o Colin Davis, nunca me había preocupado de conocer este célebre registro realizado por Decca en la Sofiensaal de Viena entre los días 30 de agosto y 1 de septiembre de 1971, aprovechando la primera gira europea de la Sinfónica de Chicago con Sir Georg Solti a su frente. La he escuchado por fin esta misma tarde y, esto es importante, lo he hecho en el trasvase a Blu-ray Pure Audio del reprocesado a 96kHz/24-bit que se hizo para la serie The Originals, que al parecer mejoraba sustancialmente la primera encarnación en compacto.

Mahler 8 Solti Bluray Audio

¿Cómo suena ahora? Pues no puedo comparar con las ediciones en CD, pero lo cierto es que los resultados evidencian la antigüedad de la toma: tratándose de una partitura extremadamente difícil de grabar, sin duda los ingenieros del sello británico realizaron una magnífica labor, sobre todo en lo que al equilibrio de planos se refiere –todo muy natural, sin artificios ni búsqueda de la brillantez por sí misma–, pero el sonido convence mucho más en los pasajes de menor volumen –introducción a la segunda parte– que cuando entran “los mil”. Habida cuenta de que las citadas interpretaciones de Bernstein tampoco estaban bien grabadas, creo que si uno quiere acercarse a esta obra con todas las garantías tecnológicas debe acudir al SACD de Sir Colin Davis; el reciente Blu-ray de Chailly debe de sonar de escándalo, pero aún no lo he escuchado.

En cuanto a la interpretación, puro Solti de los setenta: extroversión, electricidad, sentido teatral, incandescencia continua pero muy bien controlada, ausencia absoluta de retórica vacua, de efectos de cara a la galería y de amaneramientos, y también capacidad para obtener la necesaria concentración en los momentos más recogidos. En el lado menos bueno, escaso interés por la sensualidad y la elevación poética, así como cierta rigidez y falta de imaginación en el fraseo. Pero no me malinterpreten: en conjunto notable alto, como mínimo. El sobresaliente lo ponen la portentosa Sinfónica de Chicago, los Niños Cantores de Viena –los coros adultos no son tan impresionantes– y un equipo de cantantes de muy alto nivel medio integrado por Heather Harper, Lucia Popp, Arleen Auger, Yvonne Minton, Helen Watts, René Kollo, John Shirley-Quirk y Matti Talvela. Me lo he pasado muy bien.

2 comentarios:

bruckner13 dijo...

Imagina que la hubiera grabado el último Klemperer con su orquesta y coro y un reparto vocal a la altura. Entonces estoy seguro que sí te encantaría esta obra.

Nemo dijo...

Me ocurre como al autor del blog con esta obra.

En mi opinión, para conocerla y disfrutarla es fundamental un gran sonido y un enfoque analítico y clarificador.

Mi versión favorita es la de Boulez, que cumple con creces con los dos requisitos.

Tengo la versión de Solti y me parece estupenda, pero el sonido se ha quedado un poco antiguo. En cualquier otra obra esto puede tener importancia algo más secundaria, pero no aquí. Coincido totalmente con lo apuntado: la gran versión de Bernstein adolece de un sonido también inferior, aunque su enfoque, basado en el compromiso sin restricciones, es, como siempre, arrebatador.

No conozco las versiones de Davis o Chailly, pero sí la de Sinopoli, que está francamente bien, con gran sonido, colorista.

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